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Nos inspiran...

Mariana Allsopp, mujer valiente y creativa, pionera en la lucha por la igualdad y el empoderamiento de la mujer, comprometida con su tiempo y con las personas más vulnerables.

Esta mujer decidida, da nombre a esta Fundación que se inició en el año 2017, pero su trayectoria es mucho más larga. Se remonta a 1885 en el origen del Instituto de Hermanas Trinitarias, cuando con Francisco Méndez emprendieron un proyecto de esperanza para las jóvenes con un horizonte vital más difícil. Dieron una respuesta adaptada a la realidad que vivían muchas mujeres y jóvenes, las que menos apoyos tenían, las más vulnerables.

 

Mariana fue capaz de creer en la capacidad que cada persona tiene para luchar por una vida mejor, y también, en la capacidad de superación, de aprender de las dificultades... Hoy lo llamamos resiliencia, pero Mariana Allsopp, lo tuvo claro hace ya casi dos siglos.

Nació en Tépic (México) el 24 de noviembre de 1854. De padre inglés y madre española, su madre fallece cuando apenas tenía 8 años. Y tras un tiempo, su padre decide que ella y sus cuatro hermanos, estarán mejor atendidos en España junto a su familia materna.

A pesar de su posición acomodada, siempre sintió en su corazón una gran inquietud ante las desigualdades e injusticias, adoptando una acitud proactiva y comprometida con la sociedad de su tiempo. Esa búsqueda le llevó a encontrarse con el P. Francisco Méndez, y diseñar un proyecto que cubría un vacío social y eclesial. El 2 de febrero de 1885, da comienzo la nueva Congregación con otras cinco religiosas.

Acogían incondicionalmente a cualquier mujer que se encontrara en peligro o en riesgo de estarlo. Allí encontraban siempre un hogar, formación, acceso a la cultura y a un oficio para construir su futuro. A pesar de las críticas y el rechazo de la sociedad de su tiempo, el proyecto continuó y creció.

 

"No importaba lo que fueron, ni lo que son, si no lo que pueden llegar a ser". Esta confianza sin límites en la persona y en sus posibilidades, le llevó incansablemente a abrir muchas más puertas de esperanza en muchas provincias de España, y también en Argentina y México, su tierra natal.

 

El 15 de marzo de 1933, muere en Madrid, pero su obra continúa, hoy presente en cuatro continentes y ocho países: España, Italia, Argentina, México, Uruguay, Guatemala, India y Kenia.

La misión de las HH. Trinitarias les ha llevado a un esfuerzo continuo de búsqueda de alternativas reales para los niños/as, jóvenes y mujeres más vulnerables. Así, se crean sinergias y convenios de colaboración con las administraciones públicas, se profesionaliza la intervención, y se busca siempre, al mismo tiempo, la calidad y la calidez en cada acción; manteniendo siempre los rasgos esenciales: acogida incondicional, confianza ilimitada en la persona y en sus posibilidades, búsqueda de alternativas reales e individualizadas, cooperación y coordinación con otros recursos, lucha por construir un mundo mejor, basado en la justicia e igualdad.

Así, en 2017, las HH. Trinitarias dan un paso más, y crean la Fundación Mariana Allsopp, inspiradas y apoyadas en esta mujer valiente, creativa, pionera y comprometida, para consolidar y cohesionar su acción social. Hoy, la FMA, avalada por su trayectoria y experiencia, desde un enfoque de derechos humanos y de género, sigue haciendo una apuesta incondicional por la persona, que articula transversalmente toda nuestra acción.

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Francisco Méndez, (Madrid, 21/06/1850 - 01/04/1914), sacerdote canónigo de Madrid... y hombre inquieto, atento a las necesidades de las personas más vulnerables, y luchador por la justicia y la igualdad ya en el siglo XIX, anticipándose muchos años a una realidad actual.

Su compromiso con Dios y con los seres humanos invadía su corazón, desde su juventud. Y le llevó a entregar su vida por ello... así acabó sus días, yendo a buscar a los llamados "golfillos" de Madrid donde se encontraran, sin importar las horas ni las inclemencias del tiempo, a pesar de su avanzada edad.

A Francisco le inquietaba la situación de la mujer, siempre en desventaja, sometida a las directrices del hombre, con menos (o a veces ninguna) alternativas.. siempre considerada como un ser dependiente. Pero, sabía que sólo no podía, necesitaba una persona valiente y decidida que compartiera su pasión... y encontró a Mariana.

Dos vidas, unidas en una sola pasión: la liberación de la mujer, la prevención de las situaciones de riesgo, la apuesta por la formación y educación de las niñas y niños... porque invertir en educación, es invertir en futuro, apostar por una sociedad mejor.

Juntos dieron vida a un nuevo carisma, las HH. Trinitarias, una nueva forma de ser en el mundo y en la Iglesia, estando al lado de las jóvenes más vulnerables, creyendo en sus posibilidades por encima de cualquier cosa y a pesar de todo, enseñandoles a aprender de las dificultades, de las injusticias y situaciones maltratantes... abriéndoles incondicionalmente las puertas de sus casas, de sus vidas y de sus corazones... porque sabían, que sólo se puede crecer como personas con la fuerza del cariño y la confianza sin límites..

Hoy, todo esto, se llama vínculo educativo, empatía, resiliencia y empoderamiento. Su pasión sigue viva hoy, en las HH. Trinitarias, y en la Fundación Mariana Allsopp.

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