Cuando el extranjero eres tú… y ellos no levantan muros, alambradas, etc…
si no que abren los brazos, sonríen, te acogen con la mirada y sus alegres danzas.
Este mes de julio, quedará marcado en la breve historia de la FMA, y de todos los que nos emprendimos en esta aventura del “voluntariado internacional”, con un nuevo hito, que de alguna manera, marcará nuestras pequeñas historias vitales con una huella imborrable.
Así, el pasado 9 de julio desde Málaga, salieron con destino a Nakuru, Víctor, Raúl y Lola. Once días después, desde Madrid, Patricia, Marta, Carmen y Gonzalo emprendieron también viaje rumbo a Kenia... En suajili, el dialecto de Nakuru, los europeos somos muzungus.
En la simbología de los números, el “siete” simboliza la totalidad, la armonía… Es un número perfecto para empezar esta aventura de generosidad y amor.
Resulta curioso a veces, las vicisitudes de la vida para encontrarnos. Víctor y Raúl son profesores del Colegio San Juan García de la Fundación Educativa Santísima Trinidad (FEST). Lola conoció a la FMA, fundación social de las HH. Trinitarias, al haber estudiado en una de sus residencias universitarias, que gestionan en Madrid.
El segundo grupo (Marta, Patricia, Carmen y Gonzalo) procede de Atresmedia, que se ha embarcado con la FMA en este proyecto.
Todos ellos, durante unas semanas, van a apoyar nuestros Centros de Día en Nakuru, donde una media de 80 niños y niñas encuentran a diario una puerta abierta de esperanza para construir un futuro mejor para sus vidas.
Han aparcado sus vidas, sus rutinas y han salido de sus zonas de confort, con el único fin de compartir unos días con los niños y niñas de centro de Mwangaza y St. Francis, y apoyar al equipo de profesionales y HH. Trinitarias de allí a desarrollar las tareas cotidianas de ambos centros: dar el desayuno, limpiar, colaborar en las clases, jugar en los recreos, apoyar en la cocina, visitar a las familias, realizar talleres, organizar juegos y dinámicas... ¡¡la vida diaria de los centros!!
Ellos, forman un Equipazo, capaz de hacer magia en las pequeñas cosas de cada día. La mayoría ni se conocía, pero ha surgido una conexión fuerte que fluye por un objetivo común: estar con los niños y niñas y compartir lo que son... Y DAR LO MEJOR DE CADA UNO DE ELLOS.
Para apoyar en esta experiencia, viajó también la hermana trinitaria Elena. Y allí les esperaban más trinitarias: Catherine y Lucía, y algunas jóvenes en formación.
Las imágenes que nos comparten hablan por sí solas… hay una felicidad que se obtiene gratis y al mismo tiempo, tiene un valor incalculable, que dejará una huella eterna en sus grandes y generosos corazones. El Amor verdadero, es así, generoso, gratuito y te llena de gozo… hace Magia con quien es capaz de acogerlo y regalarlo.
Después de estas semanas, volverán a España con el corazón lleno de nombres, de rostros, de miradas y sonrisas… y en sus vidas habrá un antes y un después…¡¡para siempre!!. Pero también para cada niño y niña, estos “muzungus”, estas personas especiales, entrañables, generosas han marcado sus vidas, no los podrán olvidar… porque han regalado un pedazo de sus vidas: tiempo, abrazos, sonrisas, gestos cómplices… y eso no tiene precio...
A partir de entonces, un hilo invisible y mágico, los conectará para siempre con África, con Kenia, Nakuru… y todos quedaremos enlazados en una red de solidaridad y compromiso que no se romperá. La globalización, la interconexión y las redes sociales nos ayudarán a ello. Raúl, Víctor, Lola, Gonzalo, Patricia, Carmen y Marta seguirán presentes en las vidas de estos niños y niñas, verán cómo crecen y van construyendo su futuro, haciendo realidad sus sueños de una vida mejor, y una sociedad mejor.
Es la Magia del Amor.
Dicen que el tiempo es lo único que se regala y nunca se puede recuperar, y esa generosidad muestra lo grande que una persona es… Así que estos “siete muzungus” con este trozo de sus vidas, han incorporado a sus mochilas vitales un saco de sonrisas y abrazos, de rostros… y han regalado semillas de alegría, ilusión, esperanza en el corazón de estos niños y niñas para el resto de sus vidas.
¿Te apuntas a vivir esta experiencia?
La recordarás toda tu vida.
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